Descongela el pavo por completo. En la licuadora o procesador de alimento mezcla el ajo, el jugo de 2 naranja agria (o limón amarillo), la cebolla, los condimentos, mantequilla y vinagre de sidra de manzana hasta formar una pasta. Con una cucharada y tus dedos, coloca debajo de la piel y masajea bien. Coloca las ramas de romero debajo de la piel asegurando colocar en los muslos y pechuga. Corta las naranjas restantes en rueditas y colócalas debajo de la piel. Agrega sal y pimienta sobre la piel. Coloca en una funda de hornear y guarda en la nevera (refrigerador) hasta el día siguiente.
Al día siguiente. Calienta el horno a 350 grados. Coloca el pavo en el horno a fuego lento 300 grados F por dos horas dentro de la funda de hornear para asegurar que absorba los jugos. Luego quita la funda con los jugos. Usa sus jugos para el gravy. Rostiza a 400 grados sin la funda de hornear y exprime media naranja agria sobre la piel para que quede tostada. En 30 minutos debes tener un pavo doradito y bien jugoso. Si tu pavo es muy grande coloca un termómetro dentro de la pechuga para asegurar que este en 180 grados F por dentro antes de sacarlo del horno asegurando su cocción.